El Hespérides, perteneciente a la Armada Española. (Foto: Stock File)
Un informe elaborado por un equipo científico liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que estudió las profundidades marinas, ofrece una panorámica general y completa de los océanos del mundo.
Esta investigación se enmarca en el proyecto Malaspina, iniciado hace tres años con una expedición a bordo del buque Hespérides de la Armada Española en los océanos Atlántico, Pacífico e Índico.
El informe sobre este estudio, que será presentado en un congreso del CSIC en Barcelona, pone fin al mayor proyecto interdisciplinar de la historia sobre cambio global.
Los científicos que participaron en el estudio determinaron que en los mares del mundo hay entre un 10% y un 30% más de peces de lo que se estimaba, y solo un 1% de la cantidad de residuos plásticos que se creía, informó el diario El Mundo.
Según Carlos Duarte, director de la expedición multidisciplinar, el proyecto "intenta pintar un gran mural del estado del mar en el siglo XXI para que sirva de referencia a investigaciones futuras".
Los investigadores descubrieron que la masa de peces en las profundidades comprendidas entre los 400 y los 700 metros es 10 veces superior a lo que se creía.
Además, comprobaron que en las zonas conocidas como "desiertos oceánicos" hay algunas criaturas que se alimentan de residuos plásticos. Para los científicos, esa es la explicación de la ausencia en los mares del 99% del plástico que anualmente acaba en el mar.
Argumentan que el ingreso de contaminantes procedentes de la atmósfera no se limita a las zonas costeras, sino que también se produce en las zonas más remotas del planeta, informó el CSIC.
Los investigadores pudieron determinar cómo se distribuyen globalmente las dioxinas, compuestos químicos generados durante la combustión de residuos orgánicos.
"Las concentraciones son mayores cerca de los continentes que en las zonas centrales de los océanos, una circunstancia que se explica por los procesos de degradación durante el transporte, ya que se depositan al océano directamente desde la atmósfera", explica Jordi Dachs, investigador del CSIC en el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua y uno de los autores del trabajo.
"Hemos observado que los contaminantes entran directamente al océano a través de la atmósfera, llegando a las zonas más remotas del planeta, con aportes que ya están afectando al ecosistema oceánico", agrega.
El Hespérides partió el 15 de diciembre de 2010 de Cádiz, y realizó paradas en Río de Janeiro (Brasil) y Ciudad del Cabo (Sudáfrica). Después de pasar por Perth (Australia), arribó a Sidney (Australia), Auckland (Nueva Zelanda), Honolulú (Hawai), y Cartagena de Indias (Colombia).
Por su parte, el buque Sarmiento de Gamboa, perteneciente al CSIC, regresó en abril de 2010 procedente de Santo Domingo (República Dominicana), donde llegó tras haber explorado el Atlántico durante casi dos meses.
La expedición Malaspina es financiada por el Ministerio de Economía y Competitividad y comprende cerca de 50 grupos de investigación, incluyendo 27 grupos de investigación españoles, del CSIC, del Instituto Español de Oceanografía (IEO), 16 universidades españolas, un museo, el Centro Tecnológico Experto en Investigación Marina y Alimentaria (AZTI-Tecnalia), la Armada Española, y varias universidades españolas.
Eugenio Fraile, otro de los responsables del proyecto, comentó que los "millones" de datos recogidos en los siete meses de la expedición son "evidencias de que el cambio climático es real" y de "una realidad con la que hay que vivir", informó la agencia Europa Press.
Mientras que Josep María Gasol, otro experto de la expedición, destacó que hallar a grandes profundidades genes de degradación de contaminantes de origen antropogénico los ha "sorprendido".
"Algunos de estos impactos tiene que ver con la circulación atmosférica, pero también indican que el océano profundo ya se ha dado cuenta de que los humanos están teniendo impacto sobre la Tierra", añadió.